domingo, 4 de enero de 2009

kekeñas kronikas

¡Los jonsuis!...unos seres curiosos cuya existencia no está del todo clara. Hay numerosas pruebas de su influencia en el mundo de la Música, y sin embargo nadie puede afirmar a ciencia cierta haberse encontrado cara a cara por la calle con uno de ellos.

Entre los numerosos documentos que a ellos se refieren están las Kekeñas Krónikas, un conjunto de relatos sobre sus andanzas encontrados en diferentes lugares del Planeta que, tras largos años de estudio y dedicación, un grupo de investigadores ha conseguido recopilar.

4 comentarios:

  1. CANCIÓN DEL JONSUI EN KEKE
    (por Jonsui de Espronkekeda)

    Con diez canciones por banda,
    viento en popa a toda vela,
    no corta el mar, sino suena
    un curioso proyectil:
    isla jonsui a la que llaman
    por su música y su ritmo:
    "Keke"
    en todo mar conocido
    del uno al otro confín.

    La luna en el mar riëla,
    en la loma brilla el faro,
    y alza en blando tempo lento
    claves de sol, do, fa y si;
    Y ven Henry y Sarabanda,
    cantando alegres al geiser,
    Asia a un lado, al otro Europa
    y allá a su frente Flautín.

    Navega, isla de Keke, sin temor,
    que ni enemigo Kamago,
    ni silencio, ni tiniebla
    tu ritmo a perder alcanza,
    ni a sujetar tu candor.

    Veinte escalas
    hemos hecho
    adelante
    y al revés,
    y han rendido
    sus pendones
    kamagozzis
    a tus pies.

    Que es Pekeke mi tesoro,
    que es la música mi paz,
    mi ley armonía y tempo,
    mi única patria la mar.

    Allá mueven feroz ruïdo
    modos Locrios
    por un palmo más de sueño:
    mas yo tengo aquí por mío
    cuanto suena el mar bravío,
    donde mi canto es lo propio.

    Y no hay barra
    sea cual quiera,
    ni sacro
    melocotón,
    ni aceituna
    ni discantus
    que ignoren
    composición.

    Que es Pekeke mi tesoro,
    que es la música mi paz,
    mi ley armonía y tempo,
    mi única patria la mar.

    A la voz de "¡Keke viene!"
    es de ver
    cómo se alegra y adviene
    la partitura a escuchar:
    que somos jonsuis sin par,
    con música por doquier.

    En las quenas
    yo divido
    el soplido
    por igual:
    sólo quiero
    por riqueza
    la belleza
    de afinar.

    Que es Pekeke mi tesoro,
    que es la música mi paz,
    mi ley armonía y tempo,
    mi única patria la mar.

    ¡Tremolato está presente!
    yo me alegro:
    dirigiendo el coro al frente
    nuestra voz se alza serena;
    cantamos la fuga entera
    y algún espiritual negro.

    Pues si callo,
    ¿qué es la vida?
    El geiser
    nos da su swing,
    y al clarinete tocamos
    cada día
    notas mil.

    Que es Pekeke mi tesoro,
    que es la música mi paz,
    mi ley armonía y tempo,
    mi única patria la mar.

    Son mi música mejor
    las canciones;
    el estrépito y fulgor
    de mi faro allá encendido,
    de los jonsuis los soplidos,
    contrapunto de pulmones.

    Nuestra isla
    al ritmo lento,
    ya del viento
    ya del mar,
    se adormenta
    sosegada
    arrullada
    a su compás.

    Que es Pekeke mi tesoro,
    que es la música mi paz,
    mi ley armonía y tempo,
    mi única patria la mar".

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  2. Me he permitido incluir la fuente donde se inspiró Jonsui de Esprokekeda: "fue encontrada en la cueva de los espejos sonoros por un avezado jonsui detrás de un bloque de granito"

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  3. Parece que el jonsuiblog tiene un nuevo seguidor(a). Desdelacantilado me pregunto, ¿nos estaremos siguiendo a nosotros mismos? Si fuera así, estaríamos haciendo algo muy parecido a lo que los jonsuis consideran uno de sus juegos más divertidos, al que llaman: "seguir la partitura". Se trata, por-supuesto, de per-seguir, siempre a ritmo de un compas quebrado (si no, no vale), dos o seis partituras, de esas que revolotean por el Valle de las Quenas de Marmol. Una vez alcanzadas, si es que se consigue, porque normalmente las partituras en Keke siempre "se dan a la fuga", se trata de ordenarlas al azar e interpretarlas gentilmente. Y si alguien aún se pregunta ¿qué es una partitura?, diremos que, como todo el mundo sabe, se trata de preciosas mariposas tamaño din-A-4 en cuyas alitas se mueven sin cesar diferentes notas musicales. Esto es lo fantástico: la interpretación de una partitura nunca es igual, ¡porque la música cambia continuamente en su interior! Si alguno no conoce aún a los jonsuis, perdonadme pero: estáis perdiendo un "tempo prezioso"!

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  4. ¿Sabes que los dias de mucho viento tienen que escapar del valle porque las quenas producen un sonido tan fuerte que hace que se agolpen las notas en un rincón de las alas y les produce un dolor muy fuerte? Los sanadores de Keke le llaman cluster a este fenómeno.

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